Continuamos con el problema a cuestas. De lo que hemos oído estos días para nosotros lo más interesante es el método térmico. La subida del tráfico viajero desde la recuperación de la pandemia ha sacado a relucir de nuevo el problema del chinche. Hemos de resaltar que su presencia no se encuentra vinculada a la falta de higiene de las personas o a la suciedad; sino que viajan en busca de su alimento, la sangre.
Esta especie es de difícil control ya que se expande rápidamente, normalmente viajando en nuestras maletas o en mercancías. Mediante a cámaras de calor se puede tratar el mobiliario de las viviendas, habitaciones de hotel así como el resto de objetos. La ropa de cama y vestir es recomendable lavarla a una temperatura superior de 50º C.
Una vez introducidos los objetos a tratar en la cámara, se busca alcanzar durante una hora una temperatura de 50°C, tiempo suficiente para matar todos los estadios evolutivos de los chinches de la cama. De esta manera podremos matar los chinches sin causar daño a ninguna pertenencia al mismo tiempo que reducimos la necesidad de aplicar biocidas «químicos».
