La piscinas no sólo son para el verano.

18 Abr 23 | Legionella, Saniastur

Los rayos de sol se dejan ver cada vez más, los días se alargan y las temperaturas suben. Se abre la época de las piscinas, a medida que suben las temperatura apetece más refrescarse. A la puesta a punto de las piscinas le va llegando su hora.

Una vez hecho el mantenimiento un par de años, aprendido el proceso. Ahora tenemos que repasar el «ABCD» anual.

Paso A: Regula el  pH.

El valor óptimo para una piscina está entre 7,2 y 7,6. Tras medir el pH con un phmetro decidiremos en consecuencia:
Si está por debajo, utilizaremos un elevador de pH.
Si está por encima del indicado, emplea un reductor de pH.

Paso B: Desinfecta el agua.

Para desinfectar el agua utilizaremos cloro, su nivel debe de estar entre 0,6 mg/l y 2 mg/l para no causar irritación en la piel y los ojos. Emplea un cloro de desinfección rápida para acabar con los microorganismos (hongos, bacterias, gérmenes…) teniendo en cuenta el volumen de tu piscina. Sigue las instrucciones del fabricante para su dosificación. Una vez aplicado, espera unas horas para volver a analizar y comprobar si los niveles son correctos.

Paso C: Prevención de algas.

Ya tenemos el pH y el cloro bajo control, ahora es el turno de las algas, las responsables del color verde del agua y que la superficie sea resbaladiza. Es recomendable utilizar un algicida cuanto antes como prevención para conseguir un agua transparente y libre de malos olores. Emplea semanalmente la cantidad de algicida recomendada por el fabricante para proteger y prevenir de forma eficaz. Un aporte extra de cloro eliminará las algas de tu piscina.

Vamos a pasar al último paso pero antes recuerda poner la depuradora unas 8 horas. Pasado ese tiempo, analiza nuevamente el pH y el cloro libre del agua para comprobar que los niveles son correctos

Paso D: Aplica un floculante

Este problema ocurre pocas veces, pero si después de aplicar el algicida observas que el agua está turbia, no dudes en añadir
floculante y poner en marcha la depuradora. Con ello coseguimos aglutinar las micropartículas que enturbian el agua (algas, polvos, sales…) para que los filtros puedan retenerlas, o para que se depositen en el fondo de la piscina y puedas eliminarlas con el limpiafondos.
Recuerda que, para que el efecto de floculación sea óptimo, el pH debe encontrarse entre el 7,2 y el 7,6.

Pues nada, una vez de repasado el «ABCD» sólo queda ponerse al tajo y disfrutar del agua y el sol.