Las viejas costumbres adquiridas en control de plagas de «matar moscas a cañonazos» ya no son necesarias. Es difícil perder costumbres adquiridas y aún hay quien si no ve entrar a los técnicos aplicadores «vestidos para matar» y generando mucho humo piensan que no se están haciendo bien los tratamientos.
Las nuevas tecnologías avanzan y los actuales tratamientos de control de plagas no se parecen en nada a los de hace 20 años. Biocidas, si, por supuesto, pero solo en caso estrictamente necesario y con un uso racional.
En el control integrado de plagas es primordial un buen diagnóstico de situación previo para saber a qué nos enfrentamos; como proteger nuestra instalación de su acceso; donde se encuentra el foco; y como eliminarlo con seguridad tanto para las personas como para el medio ambiente.
Utilizar productos químicos sin necesidad no beneficia a nadie, al contrario, solo genera resistencias y dificulta su control en un futuro, al igual que un mal uso de los antibióticos en medicina.
Las plagas se pueden controlar mediante barreras físicas, modificando su hábitat, con trampas atrayentes sin biocidas, mediante control biológico, y solo en último caso mediante productos químicos específicos para cada plaga en particular.
Hoy en día existen numerosas plataformas de gestión on line para las empresas de control de plagas que te permiten saber si tu programa de actuación funciona o no recopilando todos los datos de los tratamientos realizados y marcando desviaciones en el mismo para que puedas corregirlas.
Así que si tu empresa de control de plagas tiene que «fumigar» para acabar con ellas, algo no está haciendo bien…
Begoña González Maseda
Directora Técnica
